La recuperación de un espacio olvidado.
En el espacio exterior típico entre la calle y la entrada de una vivienda unifamiliar adosada, surge la oportunidad de crear un lugar de calma, que no solo funcione como zona de paso, sino que invite a detenerse y disfrutar del entorno. En este jardín, durante mucho tiempo no ocurrió nada significativo, pero ahora se ha convertido en el abrazo del primer espacio que te recibe al entrar en casa y la energía que te acompaña al salir.
El proyecto se basa en tres principios clave: ofrecer privacidad desde la calle, emplear materiales que transmitan serenidad, y diseñar una zona de descanso que invite a permanecer. Para lograrlo, se ha diferenciado la zona de tránsito, correspondiente a las entradas y salidas, de la zona destinada al relax, utilizando una separación baja de madera tecnológica, que sigue el mismo ritmo y estilo de los vallados.
A lo largo de esta separación, una jardinera a ras del suelo da paso al área principal del jardín. Aquí, la vegetación descolgante del muro y un olivo ornamental rodean y enmarcan la zona de tranquilidad. Un gran banco de obra, con líneas geométricas, se integra en el diseño, ofreciendo distintas opciones de descanso y convirtiéndose en el elemento central de este espacio de calma.
Residencial
Interiorismo
Viver – Castellón
27.20 m2
1987
2024
Arquitectura e interiorismo: RAAN arquitectura
Fotografía: Jorge Peiró